miércoles, 31 de agosto de 2011

Mi primer premio

Nunca he ganado nada. Al menos no de tal magnitud, menos un concurso. Estaría mintiendo si dijera que no me emocione. Brinque de la emoción y hasta empecé a temblar al enterarme.

Hoy me desperté feliz, no sabía por qué el cambio de ánimo tan repentino. En fin, camine a la cocina buscando la comida que mi madre me dejó, pues no había nadie en casa. Pero aún no tenía hambre, así que encendí la computadora mientras me tomaba las vitaminas. Lo primero que abrí fue el Messenger, pero no tenía nada interesante que comentar con los conectados, así que abrí el facebook como de costumbre. Yo nunca soy de ser muy vista en mi página ni nada, y me intrigó la notificación que tenía. Ahí fue cuando todo se paralizó, hace unos días me inscribí en un concurso de Wambie, una página que suelo leer cuando no tengo mucho que hacer, era sobre el blog del mes de septiembre y yo de esperanzada dije ¿por qué no?


Me impacta que mi blog pueda gustarle a otras personas además de mis amigas, mi interés por haberlo creado además de desahogarme era lograr que las personas se identificaran y se dieran cuenta que no son los únicos complicados. Antes de tener ni idea de que era un blog, cada vez que tenía problemas o no estaba segura de que hacer, buscaba en google, no conseguía muchas respuestas, o al menos lo que buscaba, hasta que leí un blog por primera vez, me identifique un poco pero me dije ¿para que buscar consejos que no encontrare si yo misma puedo sacar mis conclusiones? y así empezó el interés por compartir mis pensamientos con alguien mas que no sea mi diario.

Quisiera conocer tus razones por las que lees mi blog, soy amigable no te preocupes. Dale me gusta a mi página en Facebook, deja tu comentario que te prometo que respondere. No te cuesta nada solo dale clic. O agregame al msn (natalys7611@hotmail.com) ¡Mucha suerte!
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Natalys Abreu

Tengo mejores días

Se aproximan mis quince años. Ni siquiera le quiero decir así, mejor dicho se aproxima el "día de la mala suerte". No me emociona que las personas que solo se acuerdan de mi una vez al año me feliciten, tampoco acercarme cada vez más a la vejez, además de la mayoría de las personas no disfruto de tal fiesta por no ser de las que baila ni soporta la música común... suelo encerrarme en mi habitación a mirar caricaturas o alguna otra actividad mientras concluya la celebración tan escandalosa. Ni simular con una sonrisa o un brinco los regalos que no llenan el vacio que existe en mi alma.

Le encuentro múltiples razones negativas al cumplir años (al menos para mí) pero como todas malas, siempre las buenas superan el doble de cantidad. Cumplir años tiene sus ventajas, varias me agradan. Como comer toda la cantidad de torta que se te antoje, los abrazos que te dan para acompañar el "felicidades", tener la esperanza de que tu deseo al apagar las velas de verdad se cumpla. Además que toda la atención se centra en ti, no de una manera superficial, te hace sentir que le importas muchas personas y que se preocupan por que seas feliz ese día.

Recuerdo mi último cumpleaños, poco después de la muerte de Bunny (Conejito en ingles). Cuando mi madre me lo dio no tenía idea de su fecha de nacimiento, así que yo decidí que le celebraría cada cumpleaños el día del mío. En mis catorce termine llorando en el cuarto que murió mi amigo (mi habitación) tratando de dormirme con el peluche de conejo que hace años ya guardaba sin quitarlo de su lugar. Todos notaban mi depresión, y mi comportamiento indiferente y desafiante. Nadie supo las razones (que preferí reservármelas),  y debí sonreír de vez en cuando para no preocuparlos tanto.

Estoy ansiosa por tener quince exactamente, pero a la vez no. He tenido ya varios cumpleaños que han acabado fatal y me aterra que el "día de mala suerte" sea igual, o peor. Solo espero no tener que preocuparme, para mí será un día como cualquier otro, mientras más rutinario mejor. Si cierro los ojos y hago como que nada paso ese día, o como si no fuera yo la del cumpleaños, quizás y solo tal vez no sea tan malo después de todo.

Natalys Abreu

domingo, 28 de agosto de 2011

La distancia esta en mi contra

Me desperté apresurada a no llegar tarde al liceo, sin peinar mi cabello como siempre, y enfocada en no ponerme el uniforme al revés debido al sueño que tenia. Mi padre me llevó para que no se me hiciera tarde, y entre como de costumbre, abrumada del sueño que tenia y distraída de las clases, sin hablar mucho revisaba las paginas de mi cuaderno en las que escribo "te amo" pensando que vive tan lejos de mi, y que no le he visto desde los últimos cuatro meses. Llegando a mi casa sin perder las ilusiones, pero sabiendo que mañana será igual, sin estar a su lado. Así que trato de dormirme rápido para hacer pasar los días...

Día siguiente. Fui al liceo, saludando a todos con una falsa sonrisa, y pretendiendo que soy feliz, esperando la hora para que el profesor deje de hablar y salir huyendo a mi casa de nuevo, pero como todos los días primero es el receso. Voy al comedor, hago la inmensa cola de siempre para comprar algo de tomar, cuando alguien me toma del hombro y me gira con delicadeza. ¡Era el! no podía ni hablar, pero no dude en preguntar que estaba haciendo allí, y me dijo que lo transfirieron. Esa era una felicidad para mi, los días ya no serian tan pesados... continuamos hablando cuando me tomo de la mano y me dijo que nunca me dejaría de nuevo.

Suena la alarma del celular, me tome dos segundos para pensar lo que había ocurrido. Había sido todo un sueño, tuve que apreciar con una sonrisa estar con el al menos en mis sueños, pero tengo que vivir con la cruda realidad de que vive lejos de mi.


Natalys Abreu

¿Yo crecer? ¿y que hay de ti?

Mis padres son tan diferentes de los otros para mí. Mi padre es el mas liberal conmigo, siempre es racional y es convincente con lo que dice, me permite salir con mis amigas y lo que menos le importa es que tenga novio. Mi madre todo lo contrario, para ella darme libertad es visitar a mi padre mientras me hace enviarle mensajes cada minuto del día, ella me sigue viendo de cinco... y se molesta cuando no puedo pasar algún tiempo con ella, cree que por ser yo la menor de sus hijos, me alejare tan rápido como los primeros dos, cree que si me deja crecer no a mi paso si no como mejor le convenga no dejare de ser una niña. Ella siempre tiene una crítica de cada amigo que tengo y de lo que hago. En mi madre veo todo lo que la hace sufrir, no es que este de acuerdo, pero la entiendo, ya soy lo suficientemente madura como para saber escoger mis amistades, y eso le preocupa, cree que estaré peor sin ella, cuando necesito no estar con ella todo el tiempo.

Ya perdí las esperanzas de hacerla entrar en razón, pero de eso no quiero hablar. El punto es que no quiero que me afecte, no quiero ser insegura por su preocupación en la calle, no quiero ser indecisa por su menudo cambio de parecer, y ¡no deseo ser incomprendida por su naturalidad de llevar la contraria! simplemente no quiero ser ella.

Natalys Abreu

lunes, 22 de agosto de 2011

¿Amor? ¿seguro?

¿Por qué la vida se centrara en amor? Cuando es más que solo eso. No digo que no sea importante, solo que la clase común etiqueta "amor" a lo que siente por otra persona. He estado analizando esta palabra estos últimos días, ¿de verdad he amado a alguien? ¿No será un simple "te quiero"? la pregunta es complicada, pero la respuesta simple.

Cada vez que me convenzo de algo, no termina siendo como esperaba, no solo me refiero a una relación.

A principios del año, me interesó el ballet, pasaba todo el tiempo leyendo acerca de este, buscando academias o clases relacionadas, tratando de ser más flexible de lo normal, el punto es que me obsesione. Yo muy emocionada le insistí a mi padre en que me inscribiera en unas clases de baile, en las que estuve averiguando, el horario no fue el más conveniente para mí, y mi padre obviamente se negó. Mi estrés fue aumentando cada día en el que pensaba que desperdicié esa oportunidad y seguí insistiendo, mi molestia fue corta, a los pocos días de haberse negado, me permitió inscribirme. Al principio era emoción lo que sentía, pero luego no me entusiasme con lo que estaba aprendiendo, no era lo que esperaba. Así que deje de asistir a las clases, además por el horario se me hacía imposible para mi rutina diaria.

Si analizamos ese pedazo de mi vida, tan mínimo, pensé que el ballet sería todo para mí, que me enfocaría en hacer de ello un éxito. Me molesté por nada al no permitirme tomar las clases, cuando realmente sucedía por una razón, no era lo mío y termine por abandonarlo ya estando decepcionada.

Esto sucede en una relación, al principio creemos que somos el uno para el otro, almas gemelas, cuando en realidad, con el tiempo la esperanza se desvanece. Siempre me he dicho "no te permitas sufrir por alguien, si no funcionó, no debía ser" pienso que es mejor terminar antes de empezar a decepcionarnos, porque si no, el sufrimiento es aún mayor. Y ese es el problema, no aceptamos un final, lo hacemos más difícil de lo que es, y quedamos atrapados en la ficción.

Mi conclusión es la siguiente: Amas a alguien, cuando no existen obstáculos en el camino, cuando no hay tropiezos después del primer (te amo). Sí este es tu caso, mi recomendación es "déjelo, antes de que sea tarde".


                                                                                                           Natalys Abreu